domingo, 13 de noviembre de 2011

Doky enseñando las silabas tio, tio toma ten

¿Cómo lograr una clase amena?

Muchas veces nosotros los profesores o encargados de enseñar a los chicos de hoy en día, nos resulta dificultosos el tener en la mano el resultado o la fórmula correcta para hacer que el alumno entienda las clases.
Esto se acabó, todo depende del profesor o encragado, pues date cuenta si tú no incentivas al chico a que sus entrañas extrañen y esten dedicados resolver problemas matemáticos o preguntas de letras, estás acabado. Se tu mismo el que incentive de muchas formas al chico, aquí algunos consejos para que tu clase no sea aburrida, sea por al contrario amena, divertida, recordada y sobre todo entendida.
Dictar una clase amena no siempre es sencillo. Todo influye en el desarrollo de una buena clase, desde la materia y el horario de la clase, hasta la situación política del país. Sin embargo, recae en el profesor utilizar toda su energía e imaginación para convertir una clase normal y aburrida en un espacio de aprendizaje donde el estudiante esté siempre dispuesto a volver y a aprender con la misma intensidad cada vez.
 Pasos
1
Deja atrás el viejo método. La idea de un profesor, sentado en su silla o parado hablando toda la clase es bastante antiguo y es exactamente el tipo de clase que tienes que evitar.
2
Evita responder todas las preguntas. Deja que algunas respuestas queden en el aire y deja que ellos mismos descubran las respuestas y ofrécete a responder a las preguntas si es que nadie llega a una respuesta después de un tiempo. Considera que si promueves unos estudiantes que aprendan por si mismos, estos se sentirán mejor consigo mismos y se alegrarán cada vez que vayan a tu clase al saber que son capaces de hacer cosas por si mismos.
3
Organiza el plan académico. Es completamente necesario que sepas los contenidos de la materia que vas a dictar en el curso y el orden en el que vas a dictarlas. Esto te permitirá tener una idea de los contenidos que se van a abordar en el curso y evitará que te vayas por las ramas o empieces a contar anécdotas para matar el tiempo.
4
Trabaja con el factor de atención de tu clase. Este factor puede variar en base a muchas variables, uno de ellas es la disposición del profesor para realizar una clase donde los estudiantes se vean envueltos en la materia. Ten en cuenta que los alumnos tienden a perder el hilo de la clase a partir de los 45 minutos dependiendo del grupo y del tema. Entonces, procura crear lecciones que duren 45 minutos más o menos (30 si el tema es bastante árido). Si tienes asignada una clase de más de 45 minutos, es conveniente que utilices unos 10 minutos de tu tiempo para hacer una actividad no directamente relacionada con el tema. Así la mente de tus estudiantes se relajará y estarán listos para volver a empezar. Si no puedes hacer esto, un simple descanso de 10 minutos puede ayudarles a recuperar fuerzas.
5
Controla la clase a través de diferentes métodos. Esto no significa que te pases pidiendo a tus alumnos que se callen o cosas similares. Existen varios métodos para controlar tu clase sin que el alumnado se de cuenta:
  • Organiza grupos de trabajo y pide que un estudiante tome el mando del grupo. Este estudiante te ayudará a organizar el grupo de trabajo y a llevar la clase.
  • Mantén a tus estudiantes ocupados. Procura crear una ambiente en el cual los estudiantes no se distraigan con cosas del exterior. Esto evitará que tengas que pedir a alguien que atienda en clases, pues la clase será más interesante que cualquier elemento exterior.
  • Explica claramente el objetivo de la clase y consulta al final de la misma si este objetivo fue alcanzado. Puedes colocar este objetivo en una parte visible de la clase e invitar a los estudiantes a opinar al respecto unos minutos antes que termine la clase. Esto mantendrá a los estudiantes conscientes de lo que tienen que aprender y les hará saber que la clase fue útil para ellos. En el proceso, ellos tenderán a autocontrolarse y tratar de llegar al objetivo planteado. Esta forma es particularmente útil en materias técnicas.
  • Establece las reglas con tus alumnos. Guerra avisada no mata soldado. Al principio del curso puedes proponer que los estudiantes diseñen un conjunto de reglas relacionadas a su comportamiento y a la entrega de deberes o tareas. Negocia aquellos "extras" que quizás los estudiantes puedan pedir para ganar tarea extra o trabajos que te gustarían que los estudiantes hiciesen, pero que no harían en condiciones normales. Usa tu astucia como profesor para lograr un trato que beneficie a ambas partes.
6
Haz tu clase dinámica. Lo que sirvió un día en tu clase, puede que no funcione al día siguiente. Los estudiantes se aburren cuando hacen lo mismo cada día. Trata de cambiar el método y hacer las mismas cosas pero de diferente forma. Cambia la pizarra por diapositivas. Si vas a hablar de Cálculo estructural, lleva fotos de las estructuras en las que se aplica lo que van a aprender ese día en clases. Si vas a hablar de arte rupestre, lleva un poco de pinturas naturales y papel; luego invita a tus alumnos a tratar de reproducir los grabados que tiene en los libros y luego a crear otros de su propio imaginación.
7
Aplica el refuerzo positivo. Es cierto que sabes más que tus estudiantes van a cometer errores y aprender de ellos. Invítalos a seguir tratando a través de refuerzos positivos. Si ves que tu clase se está esforzando, dales un premio extra fuera del paquete de reglas previamente acordado. Si ves que un estudiante destaca, dale más información y oportunidades para seguir creciendo. Si ves que un estudiante no está rindiendo como debería y no se esfuerza por hacerlo, habla con este estudiante y comunícale que lo valioso o valiosa que es para tu clase. Pide también a sus compañeros que hablen con este estudiante para que sienta que no es él contra el mundo y se sienta valorado por solamente estar en clase.
8
Sonríe. Sin importar lo que te haya pasado en casa o si tuviste algún problema con algún colega, sonríe. Esto llevará a que tus estudiantes entiendan que tú disfrutas tu materia y será mucho más sencillo para ellos tener una actitud más relajada con respecto al tema del día

Maestro camina con tu alumno


Camina de la mano de tu alumno.

Indúcelo por la senda del saber,
apórtale elementos y enséñale a aprender.

En tu misión inspirate en la naturaleza,
quien lleva su proceso sin aceleración.

Contigo el estudiante se iniciará en la ciencia y
ten presente que lo marcas con tus actos y con tu trato.

Él te contagiará de su alegría,
volverás a vivir los ratos de tu infancia,
soñarás y vibrarás como un adolescente.

Él no te permitirá sentir amargura,
aunque tu piel se aje y te salgan canas
jamás de los jamases podrás envejecer...

sábado, 12 de noviembre de 2011

Portalápices con palitos de helado



Te mostramos cómo hacer un portalápices con materiales reciclados: un tubo de papel higiénico y palitos de helado de agua. Los materiales complementarios son sencillos y elaborarlo te llevará poco tiempo, pero necesitarás mucha creatividad para la decoración final.


Materiales

-       Palitos de madera del mismo largo
-       Un tubo de cartón (como los del papel higiénico)
-       Cola vinílica
-       Cartón
-       Pintura acrílica
-       Pinceles
-       Un marcador negro indeleble

Procedimiento

Paso 1: corta un cuadrado de cartón que sea de lado unos pocos centímetros más largo que el diámetro de tu tubo.

Paso 2: usa cinta adhesiva y cola vinílica para pegar este cuadrado de cartón como base del tubo. Asegúrate que quede bien firme.

Paso 3: comienza a pegar los palitos al tubo uno por uno. Puedes usar un pincel para pasar cola vinílica todo a lo largo del palito y luego lo pegas de forma vertical al tubo de cartón. Repite este procedimiento hasta que el tubo esté lleno de palitos.

Paso 4: déjalo secar.



Paso 5: píntalo como más te guste. Puedes usar las pinturas acrílicas y el marcador negro para repasar las líneas de tu dibujo. Las opciones para decorarlo son infinitas, con creatividad o siguiendo el ejemplo de alguna de las imágenes tendrás un original portalápices para tu escritorio.

Paso 6: cuando la pintura esté seca puedes pasar una mano de cola vinílica con un pincel (asegúrate primero de que queda transparente cuando se seca). Esto le dará una buena terminación a tu trabajo y protegerá la pintura, y  no es necesario gastar en barniz.

COLORIDO ESPEJO CON CUCHARAS

Transforma un espejo común en uno más alegre y divertido: agrégale este original marco con cucharas de colores. 
Puedes convertir un aburrido espejo en uno más coqueto para decorar tu habitación o para regalarle a mamá o a una amiga en su día.
Para hacer esta manualidad vamos a precisar una pistola de silicona, por eso necesitamos de la supervisión de un adulto.




Materiales
-espejo redondo
-pistola de silicona
-cucharas de plásticos del color que más te guste (la cantidad depende del tamaño del espejo)

Procedimiento

Paso 1

Con la pistola pon una cantidad generosa de silicona en el revés del mango de una cuchara. Presiona la cuchara en el espejo, colocándola con el mango apuntando hacia el centro y la parte cuenca debe quedar por fuera del espejo, como se aprecia en la imagen.

Paso 2
Repite el mismo procedimiento para una segunda cuchara y colócala en el espejo justo al lado de la primera, de manera que la parte ancha de una cuchara quede un poco por debajo de la otra, como superpuestas.

Paso 3
Repite los pasos uno y dos colocando nuevas cucharas hasta que el espejo tenga un marco completo.