En la educación temprana el interés es involucrar a los niños en proyectos grupales y esto, cada vez, se desarrolla y va creciendo en las instituciones. Este enfoque se basa en la investigación reciente respecto al aprendizaje infantil (Kandel y Hawkins, 1992).
Aunque el proyecto como tal no es tan nuevo se diferencia en el énfasis de solidificarlo día a día. Se debe tener en cuenta la edad y las habilidades de los niños, las actividades en que se ocupan durante el trabajo del proyecto son tales como dibujar, escribir, anotar observaciones y entrevistar a personas expertas.
La información que se junta y se resume en forma de gráficos, diagramas, pinturas, murales, modelos y otras construcciones, además de reportajes a sus compañeros y padres.
En las clases de los alumnos pre-escolares, un componente importante de un proyecto es una pieza dramática en la cual se expresa lo aprendido recientemente y se utiliza un vocabulario nuevo.
El trabajo por proyecto en el plan de estudios de la educación básica ofrece a los niños contextos en los que pueden aplicar las habilidades aprendidas a través de los elementos más formales del plan de estudios y en los que llevar a cabo la cooperación grupal es fundamental. También apoya el impulso natural del niño de investigar lo que le rodea.
El autor John Dewey plantea que el educador debe comportarse, con respecto al niño y niña, como guía, como un igual experimentando, que le ayude a resolver problemas que encuentra en el contacto con el medio; y éste le debe invitar a aprender haciendo y a la vez jugando, en lugar de imponerle actividades completamente hechas, y que encuentre soluciones por si mismo. El rol del educador es el de capacitar a los niños y niñas a que ellos aprendan y descubran por su experiencia propia es decir a través de un enfoque constructivista donde el niño y niña deben elegir libremente la manera de resolver problemas convirtiéndose así en un verdadero protagonista y principal actor de sus propios aprendizajes.
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